Hablar de la historia de México, es internarnos por un bagaje extenso de incógnitas, es remontarnos a escenas trágicas y a la vez victoriosas que heredaron un pensamiento y carácter a nuestros pueblos, los mexicanos provenimos de una larga lucha, de revoluciones, de transformaciones; pero también traemos arrastrando cadenas de sumisión y dependencia. Nuestros poderosos pueblos nativos de la gran Tenostitlan pronto se vieron conquistados, divididos y confrontados por la avaricia y la astucia de un pequeño grupo conformado por la escoria española y al mando de Hernán Cortez, quienes desembarcaron en las costas de Veracruz en 1519, iniciando así una serie de pequeñas y grandes batallas que culminarían con la gran conquista española, no dejando de lado que este fue un proceso largo y resistente, nuestros señoríos opusieron resistencia, pero ante la conquista espiritual no hubo nada más que hacer, pronto nuestras grandes civilizaciones se vieron sometidas ante el poder de la corona española, dando lugar a la fundación e instauración de la Nueva España, donde nuestros pueblos quedaron esclavizados de por vida y peor aun condenando a sus descendientes a padecer el mismo futuro; subsecuentemente surgieron las castas, ya los españoles no eran una raza pura y a nosotros nos habían vendido un Dios que castigaba y que condenaba a todo aquel que no obedeciera a sus patrones, sacerdotes o gobernantes.
Las nuevas colonias españolas se convirtieron en un motín de guerra, se iniciaba ya una nueva lucha de poder, los criollos ya no estaban dispuestos a permitir que los puros los pisotearan, las ideas de ilustración y la influencia del liberalismo hizo eco en la Nueva España; Iniciándose así una de las más grandes conspiraciones que darían un primer respiro a nuestro pueblo mexicano; La Independencia de México fue consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España el cual se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821; en el cual participaron hombres y mujeres con un mismo ideal, el de libertad y justicia.
Esta lucha por la independencia de nuestros pueblos es motivo de reflexión para todos los mexicanos de hoy en día, cuantos cientos, miles y millones de mexicanos han derramado su sangre a lo largo de la trágica historia de nuestro país, con la firme convicción en que algo nuevo emergería de esta sublevación, que nuevos horizontes vislumbrarían la libertad, la justicia y la igualdad, que finalmente nuestro ADN plagado de insurrección continuaría esta lucha iniciada en 1810 y que en 100 años después con la Revolución Mexicana reforzaría nuestras conciencias; sin embargo es triste darse cuenta que la realidad es totalmente opuesta que a más de 200 años de lucha por estos ideales, no hemos conseguido la libertad de nuestros pueblos, que si bien es cierto ya no somos esclavos ni estamos sometidos al poderío español, nuestros depredadores han cambiado y de igual manera han evolucionado, cambiamos la dependencia española por la estadounidense, la esencia de nuestra constitución es utopía, el contenido letra muerta que solo sirve de podio para la clase política gobernante, la cual solo se viste de azul, tricolor o amarillo según amerite la ocasión, pero que de igual manera como lo hicieran los españoles en tiempo de la colonia, solo dividen y confrontan a nuestros pueblos; por lo cual creemos firmemente que una nueva insurrección es imprescindible, que avanza en la medida que nuestra sociedad civil va tomando conciencia de su papel en este cambio, que se arraiga en nuestros pueblos a la par de esa conciencia colectiva que nos permitirá generar cambios reales y tangibles desde las entrañas de nuestra sociedad, semilla seguirá germinando en la medida que todos la reguemos y que permitirá la creación de nuevos mundos que quepan en otro mundo.
Por todo esto hoy hermanos y hermanas los llamo a la reflexión, a que valoremos el futuro que estamos heredando a nuestras generaciones subsecuentes, -¿queremos para ellos más guerras? ¿hambre? ¿olvido? ¿atraso? ¿oscurantismo?, generemos las condiciones para cambiar esta situación, eduquemos y liberemos conciencias, iniciemos la labor en nuestros hogares, con nuestros hijos, familiares, en nuestras comunidades con nuestros vecinos; pero hagámoslo con un firme compromiso y responsabilidad, para que después no lamentemos las nefastas consecuencias de nuestra apatía e indiferencia.
Los funestos grupos de poder seguirán mal gobernando a nuestros pueblos y enriqueciéndose a nuestras costillas mientras nosotros lo sigamos permitiendo; Este 15 y 16 de Septiembre deben ser días más que de actos oficialistas, de duelo e introspección, la guerra que impulsa el Partido Acción Nacional, a través de Felipe Calderón a dejado cientos, miles de victimas inocentes, su guerra contra “ciertos” grupos de narcotraficantes, a dejado en la incertidumbre total al pueblo mexicano, las organizaciones sociales en Oaxaca, aun no escuchamos el eco de nuestras demandas, ni mucho menos la respuesta en el gobierno del “cambio”, muchos seguimos siendo perseguidos, encarcelados y desaparecidos por el único delito de exigir el respeto a nuestros derechos, trabajar en un cambio desde nuestras comunidades; Muchos de nuestros municipios son gobernados aun por los grandes grupos de poder implícitos en los gobiernos priistas; Hoy como Mexicanos, Oaxaqueños y Pinotepences nos encontramos a expensas de las tres mafias en el poder panistas, perredistas y priistas; Y solo nos queda organizarnos para cambiar esta situación de olvido y atraso ó sentarnos a contemplar como se colapsa el país y con él, nosotros y nuestros hijos.
Lucero Rivero
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